jueves, 12 de febrero de 2009

IRONÍAS DEL CAPITALISMO NORTEAMERICANO


El presidente electo de EE UU, Barack Obama, ha pronunciado un discurso en el que ha abogado por una “fuerte intervención” estatal en la economía de su país y por una reforma del sistema regulatorio de los mercados financieros para restablecer la confianza en la sistema.

Obama advierte de las consecuencias de “hacer demasiado poco o de no hacer nada, que nos llevarán a un mayor deficit de trabajos, ingresos y confianza en nuestra economía”

Obama considera la actuación del Estado como algo esencial y sin la cual la recesión en que está sumida la economía estadounidense podría “durar años” y las cifras del paro podrían alcanzar cifras de “dos dígitos”. De hecho, la recesión ya ha provocado una ola de despidos en Europa y EE UU. El futuro mandatario ha reconocido que, a corto plazo, este gasto aumentará el déficit, que ya está por encima del billón de dólares euros, pero ha advertido de las “consecuencias de hacer demasiado poco o de no hacer nada, que nos llevarán a un mayor deficit de trabajos, ingresos y confianza en nuestra economía”. “Sólo el Gobierno puede romper los círculos viciosos que están devastando nuestra economía, donde una falta de gasto lleva a la pérdida de empleos, que a su vez lleva a una reducción aún mayor del gasto; donde la incapacidad de prestar y recibir crédito detiene el crecimiento y conduce a una reducción aún mayor del crédito”, ha destacado para defender su apuesta por la acción del Estado.

Para el futuro, el presidente electo prevé una reforma del sistema regulador estadounidense, que considera “débil y desfasado”. Obama promete una revisión de la regulación de los mercados financieros y actuar con fuerza contra “los temerarios y codiciosos” que actúan en Wall Street para restablecer la confianza en los mercados. La reforma debe asegurar que el sistema financiero pueda resistir las crisis económicas y, a su vez, asegurar la protección de los consumidores y los inversores. Obama, que ha criticado a “los reguladores que no hicieron la tarea para la que estaban destinados”, considerban destinados”, considera que hay que evitar a toda costa un “fallo catastrófico” de las instituciones financieras y para ello cree necesario un “completo arsenal de herramientas” que contribuya a recuperar el flujo de crédito entre instituciones.

Inversión pública y empleo

Obama ha asegurado que el plan de inversión pública no consistirá “simplemente en arrojar dinero sobre nuestros problemas”. “Es verdad que no podemos depender sólo del Gobierno para crear trabajos o crecimiento a largo plazo (…) pero en este momento especial sólo el gobierno puede proveer del impulso necesario a corto plazo para librarnos de una recesión profunda y severa”, ha añadido el presidente electo matizando los límites de su apuesta por lo público.

El equipo de Obama valora este plan, que debe ser aprobado por el Congreso, entre los 675.000 y los 775.000 millones de dólares (492.800 y 565.800 millones de euros), pero el presidente electo insistió en que “no se trata de un programa de obras públicas”. “La mayoría de los trabajos se crearán en el sector privado a la vez que nuestro plan ahorrará al sector público policías, profesores, bomberos y otros que desempeñan servicios vitales”. “Es un plan que reconoce la paradoja y la promesa de este momento, que hay millones de estadounidenses que quieren encontrar trabajo al tiempo que hay mucho trabajo por hacer”, declaró el futuro mandatario, que prometió inversiones en áreas como la energía o la educación.
COMENTARIO: Hasta el país abanderado del capitalismo mundial considera la urgente intervención del Estado para salvar a las grandes inversiones privadas y amortiguar el golpe de la recesiòn financiera en los sectores populares de su nación. Una vez más el Neoliberalismo fracasó.
Les digo a los trogloditas economistas, políticos y aliados del gobierno aprista: ¡No mientan al pueblo peruano, porque la crisis nos golpeará duro! no hay TLCs ni plan anticrisis (ese en donde la inversión privada decadente va hacer el protagonista) que nos salve, no hay que ser economistas ni brujo para no darse cuenta, reanalizen estrategias más coherentes para proteger a los sectores populares de los embates del capitalismo mundial en decadencia.

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